Chile guarda sobre sus montañas uno de sus secretos mejor compartidos: los centros de ski de la cordillera de los Andes. Desde Valle Nevado y Farellones hasta Nevados de Chillán y Corralco, este paraíso blanco atrae cada invierno a miles de viajeros que sueñan con deslizarse por sus pistas cubiertas de nieve polvo, respirar aire puro y contemplar paisajes que cortan la respiración. La experiencia de esquiar en Chile no solo es emocionante, sino que también representa una oportunidad única para sumergirse en la cultura invernal de Sudamérica.
Aunque muchos de estos centros ofrecen servicios de alquiler de equipos, hay quienes prefieren llevar consigo sus propios artículos esenciales. Algunos lo hacen por comodidad, otros por pasión, y muchos porque ya forman parte de ese club de amantes del esquí que saben que nada como deslizarse sobre la nieve con tu propio equipo. Sea que estés comenzando a esquiar o ya seas un experto en pistas negras, contar con el equipo adecuado es clave para disfrutar al máximo esta aventura.
Por eso, aquí te presentamos los 6 artículos esenciales para esquiar en los centros de ski en Chile.
1. Esquís
Los esquís son mucho más que dos tablas de fibra y metal. Son tu medio de transporte en la montaña, tus alas en la nieve. Elegir los adecuados depende de tu nivel, estilo y del tipo de pista que vayas a conquistar. En Chile, donde los centros de ski ofrecen desde suaves pendientes para principiantes hasta emocionantes descensos para expertos, contar con esquís propios puede marcar la diferencia. Los esquiadores más avanzados suelen optar por modelos especializados, ya sean de carving, freeride o all-mountain. Si estás aprendiendo, unos esquís más cortos y flexibles serán tus mejores aliados para ganar confianza. Viajar con tus esquís también te permite evitar las colas de alquiler y lanzarte a la nieve apenas llegas.
2. Bastones de esquí
Los bastones de esquí son esenciales para mantener el equilibrio, impulsarse y marcar el ritmo en la bajada. En centros como El Colorado o La Parva, donde el terreno varía entre sectores planos y pendientes pronunciadas, los bastones cumplen un rol fundamental. Escoger los bastones adecuados –ni muy largos ni muy cortos, con empuñaduras cómodas y correas resistentes– mejora tu postura y reduce el esfuerzo al esquiar.
3. Botas de esquí
Nada puede arruinar un día en la nieve como unas botas incómodas. Por eso, si estás planeando visitar lugares como Corralco o Nevados de Chillán, donde las jornadas en la montaña pueden extenderse por horas, invertir en unas buenas botas de esquí es clave. Estas botas no solo deben ajustarse perfectamente a tu pie, sino también transferir eficazmente tu energía a los esquís, permitiéndote maniobrar con precisión. Si ya tienes un par que conoces y amas, llévalas contigo. Las botas de alquiler a veces no logran ese calce exacto, y un par personalizado puede marcar la diferencia entre una jornada épica y una llena de pausas y molestias.
4. Casco
En la montaña, la seguridad es lo primero. Y cuando se trata de esquiar, el casco es tu mejor aliado. Llevar un casco propio te asegura confort, ajuste perfecto y, lo más importante, protección ante cualquier caída. Hoy en día, los cascos de esquí no solo cumplen con los estándares de seguridad, sino que también vienen con sistemas de ventilación, aislación térmica y diseños aerodinámicos que los convierten en un artículo tan estiloso como necesario.
5. Antiparras de esquí
En la nieve, el sol se refleja con intensidad y el clima puede cambiar en un instante. Por eso, unas buenas antiparras (o goggles de esquí) son esenciales. No se trata solo de proteger los ojos del sol, el viento o la nieve: las antiparras adecuadas mejoran tu visibilidad en diferentes condiciones, algo vital si estás explorando las pistas de Farellones al atardecer o enfrentando una nevada en La Parva. Elegir un modelo con lentes intercambiables o fotocromáticos puede ser una gran inversión. Además, al llevar las tuyas evitarás usar modelos genéricos que no se ajusten bien a tu casco o rostro.
6. Ropa para esquí
La ropa para esquiar no se trata solo de abrigarse, sino de hacerlo con inteligencia. El secreto está en vestirse por capas, el famoso sistema de cebolla que te permitirá mantenerte seco, cálido y cómodo durante todo el día. Estos son los elementos imprescindibles:
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Ropa interior térmica: La primera capa que regula tu temperatura corporal.
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Capas básicas: Como camisetas manga larga, ideales para mantener el calor.
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Capas medias: Pulóveres que aportan abrigo sin agregar demasiado volumen.
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Chaqueta impermeable de esquí: Tu escudo contra la nieve y el viento.
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Pantalones o peto de esquí: Cómodos, aislantes y también impermeables.
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Gorro de lana: Perfecto para antes y después de esquiar, cuando no usas el casco.
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Lentes de sol: Indispensables para las pausas en la terraza del refugio.
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Guantes impermeables de esquí y forros cálidos: Para mantener las manos secas y calientes.
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Calcetines técnicos de esquí: Acolchados, sin costuras y que no se bajen.
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Bufanda o pasamontañas: Para proteger cuello y rostro en condiciones extremas.
En los centros de ski chilenos, donde las temperaturas pueden descender bajo cero, contar con la vestimenta adecuada no es un lujo, sino una necesidad. Y si ya tienes tu equipo preferido, llevarlo contigo hará tu experiencia aún más cómoda y personalizada.
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